En el territorio español existe una gran variedad de productos alimenticios. Cuando una gama gana cierta reputación e imagen de calidad, está sujeta a imitaciones por parte de sujetos que quieren sacar más rédito económico.
A raíz de esta problemática se establecieron diferentes regímenes de calidad, con el fin de proteger a los productores de diferentes zonas. Actualmente podemos distinguir entre diferentes sellos: Denominación de Origen Protegida (DOP), Indicación Geográfica Protegida (IGP) y Especialidad Tradicional Garantizada (ETG).